Plantar en suelos arenosos
A diferencia de lo que ocurre con los cultivos en macetas, cuando de lo que se trata es de aprovechar el terreno de nuestro jardín uno de nuestros mayores problemas puede ser el tipo de suelo que vamos a encontrarnos. Porque, sobre todo en las zonas cercanas a la playa, lo que predominan son los terrenos arenosos, muy poco propicios para la mayor parte de las especies vegetales.
Carencias de los suelos arenosos
Para entender las carencias que este tipo de suelo supone para las plantas hay que entender que la arena no contiene nutrientes e, incluso, su contenido en minerales es muy poco significativo. Poco más habría que añadir salvo que, además, los terrenos arenosos no retienen el agua, lo que impide que las raíces de las plantas tengan tiempo suficiente para aprovechar el riego.
Cómo mejorar un suelo arenoso
Sin embargo, no todo está perdido. Hay algunas actuaciones puntuales que podemos acometer para mejorar las condiciones de desarrollo de los cultivos en suelo arenoso.
Empezando por añadir materia orgánica al terreno y mezclarla para que los vegetales reciban el aporte nutritivo que precisan. La proporción ideal es de tres partes de orgánica por una de arena. El resultado es lo que se conoce como suelo franco arenoso que, como beneficio añadido, mejora mucho la capacidad de retener la humedad, manteniendo un drenaje adecuado.
Para garantizar aún más las posibilidades de supervivencia de nuestros cultivos, es conveniente que realicemos el trasplante ejemplar a ejemplar. De esta forma podremos corregir la zona circundante en la que se introducirá el cepellón. Así, el perímetro inmediato de las raíces dispondrá seguro esa materia orgánica.